Es de mañana, mi hora de los despertares.Preparo mates y me siento en el patio, entre mis plantas, las repaso con la mirada ,cada una me va contando sus novedades.
Está por florecer un pimpollo-dice la rosa anaranjada y parece inclinar el extremo de la rama para que yo lo vea mejor.
Mis flores no son las misma, están deslucidas y casi dan pena de olvido y abandono-Asoma la hortensia por detrás de los helechos.
Como una planta mas comienzo a mostrarme a mi misma mis heridas y mis cicatrices.
Las penas que se han curado siempre me fortalecen y mis heridas las vivo como avisos imperiosos de la vida.Algo tengo que hacer con ellas.
Tal vez necesite amor-me digo.
Y en mi pensamiento aparece una larga lista de seres amorosos a los que puedo recurrir :hijos , nietos, hermana, amigas, sobrinos, Moro, Michito, rosa, glicina, hortensia, jazmín.
Ninguno de ellos parece el adecuado para mi desamparo de hoy.
Surge nuevamente en mi la idea sobre la naturaleza humana...cual serán las características de la mía? Cuales serán esas manifestaciones imposibles casi de modificar?.
Cual será, en definitiva esa parte intrínseca que me mortifica y me aparta de la visión de la realidad.?
Siento que soy mi mas insistente critica, que me ahogo con recomendaciones y prejuicios que alientan mis temores , me agotan y me acobardan.
Pero... en el rescoldo de mi misma aparece una pequeña fuente de amor y comprensión hacia mi.
No debo dejar que se apague...sentada en el patio me dejo respirar tranquila, suave y profundamente, casi con amor a este cuerpo mio...
Una sensacion de alegria suave aparece, sin brusquedades y lentamente la paz se va construyendo, la que yo necesito.
Me digo:-El amor que necesito es el cariño a mi misma .Todo esta simplemente en mi, solo necesito encontrar el sendero.